El gran aliado para que tu mensaje impacte es tu comunicación no verbal
Tu cuerpo habla en silencio y sin pedirte permiso, tenlo en cuenta siempre. Es sorprendente saber que la mayor parte de la información la emitimos de manera inconsciente.
Es imposible no comunicar nada.
Aunque estés en silencio, aunque te escondas detrás del atril o aunque quieras pasar inadvertido. Incluso cuando no quieres hablar, estás comunicando eso mismo: que no quieres. Hagas lo que hagas, siempre estarás comunicando. Unas veces aspectos positivos y otras veces negativos. ¿Qué prefieres? ¿Qué es lo que quieres transmitir? ¿Confianza, credibilidad, autoridad, profesionalidad, coherencia, transparencia?
El hombre no es más que la mitad de sí mismo. La otra mitad es su expresión. Ralph W. Emerson.
La comunicación no verbal (CNV) aparece sin que apenas te des cuenta, pero es la responsable de generar credibilidad, profesionalidad, competencia, energía positiva, compromiso y lograr la aceptación inmediata de los demás, o de absolutamente todo lo contrario, que nadie te haga caso. Por eso es importante que te esfuerces en mejorar tu CNV y tu imagen en general. Recuerda que pasas el día comunicando y cuanto mejor lo hagas, mejores resultados obtendrás.
¿Qué hay que tener en cuenta con respecto a la CNV?
- Las personas (el público) conectan con lo que comunicas con todo tu ser, no con lo que dices, no solo con las palabras o el texto que te has preparado. Es más importe cómo lo dices que lo que dices.
- Para parecer creíble y generar confianza, tiene que haber coherencia entre lo que piensas (pensamiento), dices (las palabras), haces (gestos y movimientos) y sientes (emociones).
¿Qué sucede si no hay coherencia?
Tus gestos (nuestro cuerpo) te delatan, porque la comunicación no verbal aparece de manera casi involuntaria y siempre dice la verdad. No miente. Y las personas que te escuchan dan más credibilidad a lo que expresas de manera no verbal que a lo que dices con las palabras. Y en caso de contradicción, predomina la CNV, pues se interpreta como más veraz que el lenguaje verbal.
Estas contradicciones confunden al interlocutor e inspiran desconfianza. ¡Desconfianza! eso es lo que no deseas transmitir, ¿verdad?
Un solo gesto inapropiado o incoherente puede hacer que pierdas toda la credibilidad.
Cuando hablamos en público, o en una reunión, o de de tú a tú, tus gestos hablan de cómo te sientes. Tu cuerpo comunica si estás cómodo o no, si te importa la persona que tienes enfrente, si te quieres ir o escuchar con atención, si estás aburrido o interesado. La CNV es el fiel reflejo de las emociones y de tus intenciones.
Cuando no hay congruencia entre lo que dicen tus palabras y tus gestos, quien te escucha piensa “aquí hay algo raro”, de manera que no transmites confianza, si no todo lo contrario.
Lo malo, es que puede que tú tengas buenas intenciones, pero el miedo escénico hace que tu cuerpo y tu voz no exprese lo mejor de ti. Es por eso que debemos aprender a gestionar ese miedo escénico, porque todo tu cuerpo habla, y si estas nervioso o inseguro, eso es lo que va a manifestar.
No obstante existen gestos y posturas adecuadas que mejorarán tu imagen personal inmediatamente. Vamos a ver cómo puedes mejorar tu imagen a través del lenguaje corporal.
¿Cómo transmitir una imagen positiva a través del lenguaje corporal?
Te has preguntado alguna vez qué gestos son adecuados y cuáles son inadecuados para transmitir credibilidad, confianza y una imagen positiva de ti mismo. La CNV tiene mucho peso en cómo te perciben los demás, de hecho es como tu tarjeta de presentación; por eso te daré algunas claves para no caer en graves errores mientras intentas conseguir que tu público te escuche, te atienda e influir sobre él.
La postura
Siempre que puedas habla de pie. A ser posible, sin nada delante, sin atril ni mesa. Haz lo posible para que el público pueda ver todo tu cuerpo. Si tienes que estar sentado por protocolo, al menos procura que se te vea bien, alza tu silla y quita los elementos que tengas delante.
Una postura erguida muestra seguridad y autoconfianza y te ayuda a reducir los nervios. Además es la mejor postura para respirar, proyectar la voz y mover las manos. Es una postura elegante que mejora tu imagen.
Cuanto más cerca se sienta emocionalmente una persona de otra, más cerca de ella se situará.
La postura adecuada para hablar es la siguiente:
- Pies fijos en el suelo, con las puntas hacia adelante.
- Pies y piernas alineados con cadera y hombros.
- Piernas rectas o ligera flexión de rodillas.
- No bascules, no te dejes caer sobre una pierna.
- Espalda erguida.
- Brazos a lo largo del cuerpo o sobre el atril o a la altura de la cintura (nunca cruzadas ni el los bolsillos ni por detrás).
- Inclínate ligeramente hacia adelante, sobre todo cuando tengas que escuchar alguna pregunta y estés interaccionando con la gente.
Si la presentación es breve, mantén esta postura durante todo el tiempo. Si la presentación es larga, de 5 minutos o más, necesitarás moverte. Habla siempre quieto (si te mueves las personas tienden a distraerse) y usa las pausas para moverte.
Muévete con movimientos precisos y lentos. Los movimientos rápidos y repetitivos son característicos de las personas ansiosas. Por ello, no mover los pies o hacerlo solo de vez en cuando, muestra seguridad y autoconfianza.
Por supuesto, habla mirando y de frente al público, no a la diapositiva. Nunca des la espalda ni te pongas de lado.
¿Qué hacer con las manos?
Las manos son muy poderosas a la hora de comunicar y siempre debes tenerlas a la vista. Si no las muestras o las escondes, parece que no estás diciendo toda la verdad. Las manos también indican acción y disposición para el trabajo.
Primero te indico lo que no hay que hacer con ellas:
- Hablar con las manos en los bolsillos o en las caderas.
- Hablar con el puño cerrado.
- Hablar con las manos por detrás.
- Hablar con los brazos cruzados.
- Llevar un boli y tocarlo nerviosamente.
- Tocarse el pelo, el cuello, arrascarse…
- Hacer movimientos exagerados o descontrolados o no moverlas en absoluto.
Guardar las manos en los bolsillos es el truco favorito de los hombres que no quieren participar en una conversación.
Teniendo en cuenta la lista anterior de lo que hay que evitar, parece que hay poco que puedas hacer con las manos. No obstante, vamos a ver lo que sí es adecuado:
- Insisto en que procures que se te vean en todo momento. Ten en cuenta que mostrar las manos o darse la mano, indica ir en son de paz y que no ocultas nada. Muéstrate amigable mostrando tus manos en todas las interacciones.
- Procura llevarlas libres para poder usar toda su expresividad. No lleves objetos innecesarios.
- Muestra las palmas con naturalidad y usa tus manos para acompañar el mensaje suavemente. Enseñar las palmas genera confianza, comunica amabilidad, transparencia, verdad.
- Muévelas armónicamente, y no estés demasiado pendiente de ellas. Si te fijas demasiado en tus manos, perderás naturalidad.
- Cuanto más lejos estés del público, más amplios deben ser los movimientos de tus brazos y manos.
¿Dónde miro?
Te respondo con otra pregunta ¿para quién estamos hablando? Para el público, entonces por qué no les miras. Cuando tienes una conversación con una persona le miras a los ojos, ¿verdad? No mirar o mirar de manera inadecuada puede indicar timidez o sumisión, o actitud hostil o antipatía y que no tienes en cuenta al público.
Cuando no miras a las personas directamente a los ojos genera desconfianza.
El contacto visual es clave para conectar con la gente. Si no les miras, automáticamente su cerebro va a desconectar y no te van a escuchar.
Cuando tenemos miedo escénico, tendemos a mirar al techo o al suelo y no establecemos contacto visual. Truco: Para disminuir la ansiedad del primer momento de la presentación, establece conexión con una cara que te resulte amistosa. Y después, cuando ya hayas ganado seguridad y confianza en ti mismo, mira al resto de personas.
¿Cómo hay que mirar? Hay que ir mirando alternativamente a todas las personas. Si hay mucho público, entonces lanza una mirada a un lado del auditorio y ve moviendo la cabeza sin detenerte en nadie demasiado tiempo en nadie. Puedes mirar al entrecejo si te resulta más cómodo (a media distancia no se nota la diferencia) y para ti es más cómodo que el contacto ocular directo.
No mires siempre a los mismos porque el resto se puede sentir fuera de lugar y dejarán de atenderte. Si te sientes incómodo, lanza una mirada hacia el final de la sala.
Evita miradas evasivas (al techo o al suelo). Si les miras, creas un vínculo muy potente con ellos, vas a lograr que te escuchen con mucha más atención y van a sentir que les importas, les vas a hacer sentir bien.
Podemos tener todos los medios de comunicación del mundo, pero nada, absolutamente nada sustituye la mirada del ser humano. Paulo Coelho.
La sonrisa
La sonrisa es un gesto fácil y muy eficaz en la comunicación. Cuando hablas con una ligera sonrisa, te relajas tú. Apagas el miedo escénico, tiene un efecto relajante, porque tu cerebro dice “Ah, si estoy sonriendo es porque no hay peligro, todo va bien”. Pero no solo eso, gracias a las neuronas espejo, con tu sonrisa provocas también emociones positivas en el público. Generas buen rollo. Si quieres transmitir emociones positivas: sonríe. Si quieres generar emociones negativas: no sonrías ni mires al público.
La sonrisa muestra buena voluntad y te acerca a las personas.
Además la sonrisa hace que la voz la proyectes mejor, te permite vocalizar mejor. Los estudios dicen que las personas que sonríen son percibidas como más inteligentes.
¿Qué me pongo?
¡Buena pregunta! El aspecto forma parte de la comunicación. Y nunca habrá una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión. Es importante que tu ropa haga destacar y potenciar tu mensaje. No lo contrario.
Tienes que pensar qué imagen quieres proyectar. Usa tu aspecto y elige tu imagen, conscientemente.
Cuando te surja la típica duda “¿Qué me pongo?”
- Ponte lo más adaptado posible a la situación, dentro de tu propio estilo y de la norma social o empresarial de la actividad.
- Ante la duda, opta por una imagen neutra, sin estridencias. En el entorno comercial, mejor chaqueta y si no estás cómodo con la corbata, ensaya con la corbata.
- Para evitar que tu discurso pierda fuerza, o mejor dicho, para darle más protagonismo a lo que tengas que decir, tenemos que evitar que el cerebro de la otra persona se distraiga con detalles sin importancia. Hay personas que van adornadas como un árbol de navidad y lo único que conseguirás es que se distraigan. Justo lo contrario que queremos.
- Evitar accesorios innecesarios, evitar usar estampados, rayas, logotipos.
- Lo mejor son los colores sólidos, y la indumentaria sencilla si el protocolo lo permite, por supuesto.
- Es importante que intentes destacar del fondo, porque el cerebro se conecta con el contraste y atiende mejor.
- El negro es un color adecuado. El negro lo usaba Steve Jobs y otros grandes oradores. ¿Por qué el negro para dar una conferencia? Porque el negro (o en su defecto un color sólido), consigue que el cerebro del que escucha no se distraiga, que preste más atención a la persona, sobre todo a su cara y a sus manos.
- Si puedes, y esto dependerá de lo formal o informal que sea el entorno, deja que se te vean los antebrazos.
Es importante que tu ropa haga destacar y potenciar tu mensaje. No lo contrario. Ir lo más sencillo posible ¿Para qué? para que el cerebro de la otra persona no se distraiga ni se entretenga con tu indumentaria.
Y en general, convencerás mucho mejor si tu aspecto es agradable (no necesariamente guapo). Así que conviene ir lo menos feo posible. Ya sé que no somos responsables de la cara que tenemos, pero sí de la cara que elegimos poner.
Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento. Albert Einstein.
Espero que esta información sea útil e interesante para ti. Si deseas aprender más y convertirte en un gran comunicador, potenciar tus niveles de influencia y dominar un sistema que te ayude a brillar y a que tus ideas brillen contigo, te recomiendo mi último libro: Habla en Público y Atrévete a Brillar: Claves Para Conseguirlo
Es un libro inspirador y optimista en el que te guiaré y motivaré para que seas capaz de cautivar a los demás, transmitiendo tus ideas con seguridad, profesionalidad y fluidez.
Aprenderás a estructurar tus mensajes, usar tu lenguaje corporal y tu voz para convencer, conmover y persuadir con tus discursos.